La cerradura en una puerta corredera exterior, opciones

Para garantizar la seguridad en el acceso a garajes o vallas perimetrales la cerradura de una puerta corredera exterior es la clave. En el mercado hay diversos modelos que dan respuesta a los diferentes tamaños y modelos y todos ellos son de alta fiabilidad.

La cuestión es escoger el tipo de cerradura que mejor encaja con nuestras necesidades. 

Apertura manual o automática en una puerta exterior corredera

Uno de los primeros aspectos que hay que tener en cuenta es si nuestra puerta es de manejo manual o automático. En las puertas sencillas que se abren a mano, una cerradura ajustada a las dimensiones de la puerta y que cuente con un sistema especial para controlar el número de copias de la llave que se hacen es una buena elección. 

En el caso de una puerta corredera exterior automática hay más cosas que tener en cuenta. Entre ellas está el nivel de ruido, la cercanía a viviendas o espacios habitados, la frecuencia de uso y el grado de seguridad de acceso que se necesita. 

Sistemas de control en una cerradura de puerta corredera exterior

La automatización de las puertas correderas, sobre todo en las de garaje, es cada vez más habitual. Los motivos son evidentes: mayor comodidad y agilidad a la vez que permiten un mayor grado de seguridad en los accesos. 

Entre los diversos sistemas de apertura para una puerta corredera exterior destacan:

  • Pulsador. Es el tipo de cerradura más sencilla. Tan solo hay que pulsar un interruptor para manejar el portón que suele estar ubicado dentro de la finca. En él la seguridad no es tan elevada.
  • Mando a distancia. Un clásico en los sistemas de cierre. Con un mando controlado con un código fijo o evolutivo se puede disfrutar de las ventajas de una apertura a distancia y la tranquilidad de que nadie ajeno pase. 
  • Tarjeta de proximidad
  • Llave de contacto.
  • Sistema biométrico. Es uno de los sistemas más avanzados y seguros. Se vincula al usuario de manera inseparable mediante una aplicación en el móvil que reconoce la huella dactilar. No hace falta llave, ni mandos, ni tarjetas… y se evita así el peligro de robo o pérdida.