El sistema enrollable es uno de los más prácticos para lugares con poco espacio. Si estás pensando en instalar una puerta de garaje enrollable, te contamos algunas de sus principales ventajas.
Máximo aprovechamiento del espacio
Con una puerta de garaje enrollable los problemas de espacio están solucionados. La hoja de la puerta queda recogida en la parte superior dejando todo el hueco de entrada y salida libre.
Esto también facilita la maniobra de paso porque no hay riesgo de rozarse o golpearse con la puerta.
Al no haber una puerta en los laterales, el espacio aprovecha al máximo la capacidad de almacenamiento. Lo que hace de este tipo de puerta la solución adecuada para garajes privados, pero también para garajes comunitarios, almacenes o como acceso a negocios a pie de calle.
Cómo instalar una puerta de garaje enrollable
La instalación de este tipo de puertas es sencilla y no ocasiona grandes ni engorrosas obras. Lo más complicado, si ya está hecho el hueco de la puerta, es ampliar un espacio superior para alojar el tambor de la persiana. Pero esto no requiere un gran agujero porque el eje es compacto y ocupa poco espacio.
A ambos lados de la puerta se colocan las guías laterales por las que se desplaza la puerta y que sirven también para garantizar el correcto aislamiento. Además, el motor incorpora sistemas de retención y anclajes que garantizan la seguridad y evitan problemas de golpes o entrizamientos.
En una pared lateral se coloca el panel de control. El sistema de apertura y cierre puede ser de diferentes formas, el más sencillo sería mediante un pulsador, aunque son más habituales y más prácticos los cierres con mando a distancia, con tarjeta de proximidad o llave de contacto o magnética. También está la opción de disponer de un control de cierre a través de un sistema biométrico por huella dactilar que se maneja desde una aplicación en el teléfono móvil.