Las ventajas de una puerta rápida en los negocios son muchas. Entre los beneficios cabe destacar la mayor fluidez en el tráfico, el ahorro de energía y garantizar la hermeticidad y temperatura del interior.
Para conocer en más detalle cómo funcionan las puertas rápidas lo mejor es comenzar por tener claro qué son. Pues bien se considera una puerta rápida, las puertas que están diseñadas para dividir zonas de trabajo que necesitan una velocidad de apertura y cierre mayor a la habitual.
Más fluidez de tráfico con una puerta rápida
Una de las mayores ventajas de las puertas rápidas en los negocios es la garantía de una mayor fluidez de tráfico. En centros logísticos y en determinados almacenes hay un gran tránsito de vehículos y profesionales. Para desempeñar su trabajo de manera correcta la libertad de acceso es vital. Una puerta que tarda demasiado tiempo en abrir y cerrar se convierte en un obstáculo, en un freno que repercute en la efectividad de las tareas y en la productividad y por eso se escogen puertas rápidas.
Mantenimiento de temperatura y ahorro de energía
Otra de las grandes ventajas de las puertas rápidas es que evitan las corrientes de aire. En determinados centros de trabajo, en concreto en los almacenes de alimentos, mantener la temperatura correcta para garantizar el buen estado del producto es esencial.
Una puerta rápida es la mejor ayuda para evitar corrientes de aire e intercambio de temperatura. Además, este mantenimiento de la temperatura correcta influye en el gasto de energía. Cuando se producen corrientes de aire los sistemas de climatización tienen que trabajar más para proporcionar la temperatura correcta y esto supone más consumo energético y más gasto económico.
Tipos de puertas rápidas
En el mercado destacan dos tipos de puertas rápidas:
- Enrollable
- Seccional
Los dos modelos resultan igual de prácticos y ambos se caracterizan por no ocupar espacio, ya que la hoja queda recogida en la parte superior de la puerta, en un tambor (puerta enrollable) o de manera paralela al techo (puerta seccional).
La velocidad de apertura de estas puertas es de unos 1,8 m/s y 1 m/s y suelen disponer de un regulador que permite variar la velocidad según las circunstancias.
En cuanto al material de la puerta suelen estar hechas de lonas con tratamientos especiales que garantizan la ligereza y la hermeticidad. Protegen ante los distintos agentes meteorológicos y soportan temperaturas de entre -25ºC a 55ºC.