La crisis sanitaria por el coronavirus ha cambiado nuestra vida. Como consecuencia de ella la actividad económica y comercial se ha visto fuertemente afectada. Pero poco a poco la situación se va controlando y ahora es el momento de pensar cómo organizamos la vuelta a la actividad. En esa planificación los empresarios deben ver en la puerta automática de cristal un aliado.
Vuelta a la actividad de forma segura
El COVID-19 es algo con lo que tenemos que aprender a vivir. Según los expertos esta situación puede perdurar más de un año. Por eso, se impone un cambio de mentalidad en el que la protección y la seguridad de trabajadores y clientes sea lo primero.
Sin garantizar la higiene de los espacios de trabajo y de los locales comerciales es difícil volver a la actividad. El objetivo es mantener los espacios desinfectados y evitar los contagios. En esta tarea la puerta automática de cristal es una barrera excelente.
Facilidad de acceso
Contar con una puerta automática de cristal permite tanto a los empleados como a las personas que puedan acudir a una tienda tener un tránsito más seguro. Aunque nos estamos habituando a ver a muchas personas con guantes por la calle para evitar así tocar los tiradores o pomos siempre existen situaciones en las que tenemos que tocar las puertas.
Con una puerta automática de cristal evitamos esta situación. Al disponer de un sistema de detección de movimiento, ante la presencia de una persona la puerta se abre facilitando el paso.
Ventajas de siempre
Aunque en estos momentos la idoneidad de una puerta automática de cristal se orienta a la seguridad y a proteger la salud, también continúan vigentes las ventajas que siempre ha tenido una puerta de este tipo.
Una de ellas es una mejor iluminación del local. Al contar con una puerta de cristal dejamos pasar la luz natural teniendo espacios más luminosos y alegres. Además esta forma de aprovechar la luz natural también puede contribuir a disminuir el gasto energético.
Por otro lado, poner una puerta automática de cristal en un negocio es aumentar la zona de exposición. Es como añadir metros a nuestro escaparate y al abrirse las puertas de forma automática es una manera de invitar a entrar y descubrir lo que le ofrecemos en el interior.