Prácticamente todos los portales cuentan con un sistema de retención para evitar los portazos y mantener cerrada la finca; es decir, es un elemento esencial para garantizar la seguridad y comodidad de los vecinos. Por eso el muelle de la puerta de portal es una pieza importante.
Dependiendo del tamaño de cada comunidad, el tránsito de personas puede ser muy elevado y por tanto habrá un mayor desgaste. Esto se traduce en un mayor coste de mantenimiento y en la necesidad de sustituir el muelle de la puerta de portal con más frecuencia.
Alargar la vida del portal
El objetivo de una puerta de portal es que tenga la vida más larga posible y funcione con eficacia ante el tránsito de los vecinos.
Para lograrlo el primer paso es escoger una puerta de calidad. Entre los material más habituales para portales está el hierro, la madera, el aluminio y el acero inoxidable.
Los dos primeros son más pesados, sobre todo el hierro, por tanto precisarán de un sistema de muelles más fuerte ya que la fuerza que debe ejercer para retener con suavidad la hoja y evitar el portazo es mayor.
Material ligero
Por su parte el aluminio y el acero inoxidable son materiales muy ligeros que resultan ideales para puertas de portal de grandes dimensiones y también para aquellos lugares donde hay mucha intensidad de paso. Una puerta de material ligero tiene menor desgaste del sistema de muelle y, por tanto, menos mantenimiento y menos coste.
Otros sistemas de retención
Otra alternativa para evitar sustituir el muelle de una puerta de portal con demasiada frecuencia es buscar mecanismos alternativos.
Los más comunes son los retenedores y los cierrapuertas. Son sistemas fiables y efectivos que permiten que la puerta se cierre de manera lenta, sin dar portazos y de manera segura. Existen diferentes modelos según el sistema de apertura de la puerta y también según el peso y dimensiones del portal. Además, en la mayoría se puede regular la velocidad y potencia de cierre.