Una de las consecuencias de las puertas de garaje es que el alto volumen de tránsito hace que se produzcan desajustes que afectan a su funcionamiento. Para mantenerla en perfectas condiciones te recomendamos seguir una serie de pasos para regular el cierre automático de una puerta.
¿Por qué hay que regular el cierre automático de tu puerta?
Una puerta de garaje está expuesta a las inclemencias del tiempo, a los cambios de temperatura propios de cada época del año y actualmente además a las variaciones atípicas y bruscas de subidas y bajadas de temperatura. Y esto, obviamente, influye en el funcionamiento de los automatismos de puertas.
Aunque este factor es muy importante no es el único que afecta a las entradas de los garajes. Estos, y sobre todo, los garajes públicos y de comunidades de vecinos soportan a diario un alto volumen de coches y de peatones. Con toda esta actividad es normal que los cierres automáticos se vean resentidos.
Cómo mantener un cierre
Para conseguir que el cierre automático esté en perfecto estado hay que revisar el cuadro de mando. Un experto es el adecuado para revisar que todas los componentes estén en perfecto estado, que no haya suciedad que pueda interferir de manera negativa en el funcionamiento y que todas piezas estén bien conectadas y en perfecto estado.
Además de estas tareas de mantenimiento, también es aconsejable revisar que el los mecanismos del cierre estén bien engrasados.
Otra tarea fundamental para regular el cierre automático de una puerta de garaje es ajustar la velocidad de cierre del muelle. Como hemos mencionado anteriormente es normal que con el uso y los cambios de temperatura se desajuste. Para ponerlo a punto suele bastar con girar un tornillo situado en la parte superior del motor. Si se gira hacia la derecha disminuye la velocidad de cierre y si se gira a la izquierda la velocidad de cierre aumenta.
Con estas pautas, y si es posible con asesoramiento profesional, el cierre estará siempre en perfectas condiciones de funcionamiento
