Cómo cuidar de su piscina con una cubierta

El cuidado de la piscina es una de las cuestiones que más preocupan a sus propietarios. Unas de las mejores fórmulas de cuidado es tener una piscina con cubierta.

En principio puede parecer que el coste de instalación de un sistema de cubierta para piscinas es demasiado caro y que además puede resultar engorroso durante la temporada de baño. Sin embargo, la experiencia nos dice que no es así; al contrario, son más las ventajas que los inconvenientes.

Cuando una comunidad de vecinos o una persona a título particular decide acometer las obras y el desembolso para instalar una piscina lo que busca obviamente es sacarle el máximo partido para rentabilizar la inversión y minimizar al máximo los costes de mantenimiento.

Pues bien, todo esto es posible con una piscina cubierta.

Tener una piscina cerrada es sinónimo de más tiempo de baño. Independientemente de la situación geográfica de la piscina, su uso como zona de baño descubierta se limita a la época estival y dentro de ella a los días más calurosos y a las horas centrales de calor que contribuyen a tener una temperatura de baño agradable.

Sin embargo, si se dispone de un sistema de cubierta la época de baño se puede extender mucho más en el tiempo e incluso disfrutar de ella todo el año. La cubierta de una piscina contribuye de manera notable a aumentar la temperatura del agua, esta puede elevarse entre 8 y 10 grados.

Actualmente existen muchos modelos de cubiertas desde las que se desmontan totalmente, a las que se abren una parte. La variedad de los modelos permite adaptarse a los gustos de cada cliente, realizando así un cerramiento de piscina que satisfaga sus necesidades.

Se pueden instalar cubiertas adosadas a una pared de la vivienda con puertas o ventanas que permitan dejar la piscina al aire libre en la época veraniega para disfrutar del buen tiempo y que cuando empieza el frío se cierra y permite seguir disfrutando de un baño.

Otros de los modelos de piscina con cubiertas son las que cuentan con sistemas de cerramiento bajos que cubren la piscina protegiéndola de las inclemencias exteriores y que a la hora de bañarse se abren total o parcialmente.

El modelo de cerramiento alto permite tener una zona de baño todo el año, creando un clima adecuado para darse un chapuzón independientemente de la temperatura exterior y cuanto llega la época estiva se puede abrir mediante un sistema telescópico, con ventanas o puertas. Las opciones son muchas.

Por otro lado contar con una piscina con cubierta es sinónimo de menor coste de mantenimiento. El agua permanece mucho más tiempo limpia y en buenas condiciones, lo que se traduce a su vez en menos tiempo, esfuerzo y gastos en quitar las hojas, bichos y productos para tener un agua de calidad. Asimismo, la cubierta de una piscina, como se ha comentado antes, permite tener una temperatura del agua más elevada. Incluso en verano, al cerrar la piscina por la noche protegemos la temperatura y con los primeros rayos de sol se aumenta también el calor del agua consiguiendo así que la experiencia del baño sea más agradable.

Además, la mayoría de los sistemas de cubiertas para piscinas pueden disponer de una motorización que hace mucho más práctico y sencillo su manejo.