Saber cuánto nos va a costar la puerta de garaje importa y mucho. Es un gasto que tenemos que hacer, pero siempre se puede ajustar y, sobre todo, asegurarnos de que compramos un producto de calidad que durará años. En el caso concreto de una puerta enrollable de aluminio el precio medio podemos situarlo entre los 1.300 y los 1.700 euros.
Pero veamos de qué depende la cifra y en qué debemos fijarnos para comprar bien.
Puerta enrollable de aluminio y precio, ¿de qué depende?
Cuando echamos una ojeada a los precios de venta de las puertas de garaje encontramos mucha disparidad. El motivo es que hay muchas opciones y unas elevan el precio y otras lo bajan.
En una puerta enrollable de aluminio el precio tiene mucho que ver con el tamaño. Una puerta para el paso de un solo coche es más barata que una puerta destinada al paso de dos vehículos. Y en el caso de puertas especiales de grandes dimensiones destinadas, por ejemplo, a garajes comunitarios o de mayor altura para naves industriales, el coste será mayor.
La automatización es otro factor a tener en cuenta. Se puede comprar una puerta enrollable de aluminio de manejo manual, pero las ventajas de un sistema de motorización son muchas y el gasto que supone merece la pena.
Otros factores que influyen en el precio son los extras como una puerta de acceso peatonal, una zona de ventanas para potenciar la iluminación natural y mejor ventilación. Por último, también hay que incluir entre los factores que elevan el precio todo lo relacionado con la estética. Las molduras, troquelados, colores y cualquier personalización que añadamos, sumará euros a nuestra cuenta.
Presta atención
Como hemos visto en una puerta enrollable de aluminio el precio depende mucho de las dimensiones y extras, pero dentro de todo ello también encontramos muchas variaciones. Por eso, es importante fijarse en otras cuestiones.
Una de ellas es el material. Aunque el aluminio es un material fuerte y resistente el grosor de las planchas, el tratamiento, las soldaduras y el ensamblaje deben ser de calidad. Una puerta con un grosor muy fino no va a tener la misma resistencia.
Otro aspecto determinante es la tecnología. Los automatismos deben contar con buena tecnología, venir de fabricantes avalados que testean sus productos y que garantizan la seguridad y durabilidad del producto.