Los sensores de puertas automáticas son el complemento perfecto para cualquier puerta mecanizada. Sin embargo, con frecuencia nos olvidamos de ellos y perdemos eficacia de uso.
¿Por qué son buenos los sensores para puertas automáticas?
Esta pregunta es inevitable cuando se plantea la adquisición de este mecanismo. Muchos clientes necesitan conocer su utilidad para justificar el desembolso -cantidad, por cierto, que resulta insignificante comparada con las ventajas que reporta-.
La utilidad de incorporar sensores es principalmente que se consigue una mayor seguridad ante la apertura y cierre de la puerta.
Cualquier puerta automática una vez que ha iniciado su proceso de apertura o cierre no se detiene a no ser otro mecanismo interfiera en él. Y eso es lo que hace un sensor.
El sensor se pondrá en marcha en el momento en el que detecte el paso de una persona o un vehículo cuando la puerta se está abriendo o cerrando.
De esta forma se evitan situaciones en las que, por ejemplo, una puerta de garaje puede dañar un coche que ha comenzado a pasar cuando el automatismo de la puerta ya estaba en marcha.
Y lo mismo sucede en las puertas batientes o correderas que dan acceso a personas.
Búsqueda de eficiencia
El objetivo de los sensores para puertas automáticas es buscar la máxima eficiencia en la mecanización de cualquier tipo de puerta.
Esta eficiencia está relacionada con la seguridad y fiabilidad del sistema automático. Para lograrlo los sensores combinan los últimos avances en tecnología radar que hacen posible la activación de las puertas, con la tecnología de infrarrojos que son los que permiten proteger al usuario.
Aunque hay gran variedad de sensores para dar respuesta a las distintas situaciones, en general se puede decir que cuentan una capacidad de alcance que puede ir de los 10 metros hasta los 20 metros.
También suelen disponer de un sistema de protección contra las interferencias como puede ser la luz solar u otras condiciones medioambientales.