Uno de los objetivos cuando instalamos una puerta de garaje es conseguir la mayor funcionalidad. Por eso, es lógico que surja la cuestión de si es mejor elegir puertas correderas de garaje con o sin acceso de peatones.
La respuesta dependerá de las necesidades que plantee cada caso, pero por norma general una puerta que disponga de acceso peatonal resultará más práctica.
Ventajas del acceso peatonal
Poner en las puertas correderas de garaje un punto de entrada para las personas es siempre positivo. Gracias a esta puerta independiente se evita que se accionen innecesariamente todos los mecanismos de la puerta de garaje.
Recordemos que las puertas correderas de garaje están formadas por una o dos hojas que se desplazan paralelamente a la pared del garaje o del muro que delimita un recinto. Este movimiento se produce a través de un sistema de motorización que hace correr la hoja por unos railes.
Menor desgaste del motor
Aunque los automatismos actuales están diseñados para tener una alta intensidad de uso, es evidente que si solo los activamos cuando va a pasar un vehículo estarán en mejores condiciones. Y en un garaje particular, pero sobre todo en uno comunitario, el tránsito de personas y coches es muy elevado.
Rapidez en el acceso
Otra de las ventajas de disponer de una puerta peatonal en las puertas correderas de garaje es que la movilidad de los peatones será más sencilla.
Al tener una puerta peatonal no hay que esperar a que se desplace toda la hoja, que en algunos casos es muy grande y con movimientos lentos, se podrá entrar o salir del garaje rápidamente.
Por otro lado, tener esta puerta adicional dentro de las puertas correderas de garaje supone una comodidad para todos los usuarios porque es más silenciosa. Una puerta automatizada siempre mete ruido y si esta se encuentra en una comunidad un uso innecesario molestará a los vecinos sin una causa justificada.