En un negocio todo propietario busca atraer al mayor número posible de clientes. Una de las formas de incitar a entrar en el local comercial es con puertas de cristal correderas.
Suma de ventajas
En el caso de las puertas de cristal correderas se puede decir que se unen las ventajas del material y del sistema de acceso para facilitar la entrada de potenciales clientes.
El cristal es un material muy apropiado para los negocios porque se convierte en una parte más del escaparate. Cuando la tienda o el bar tiene poca fachada contar con puertas de cristal correderas significa sumar metros de exposición a nuestro escaparate.
Es dejar ver a las personas que pasean por la calle las faldas, vestidos, jerséis y accesorios que puede descubrir en el interior. Y en el caso de un bar o restaurante, la puerta de cristal es una ventana al ambiente del local, a las sensaciones que puede experimentar si da el paso y entra en dentro.
En el caso del sistema de apertura de la puerta, el mecanismo de corredera supone para un negocio eliminar barreras. Al abrirse las puertas de manera automática ya no hay excusas para no entrar.
Una puerta cerrada es, aunque no nos demos cuenta, un elemento disuasorio. Parece mentira, pero el hecho de tener que abrir una puerta hace que muchos clientes indecisos opten por pasar de largo.
Sin embargo, si cuando estamos dudando sobre si entrar o no a curiosear en una tienda, se nos abre la puerta y tenemos el acceso libre, en la mayoría de los casos, se acepta la invitación y se entra.
Climatización asegurada
No se acaban aquí los motivos por los que poner puertas de cristal correderas. A las anteriores ventajas se suma las buenas condiciones de climatización.
Las puertas correderas de cristal cuentan con automatismos en los que se puede regular la velocidad del tiempo de apertura. De este modo se consigue que la puerta permanezca el menor tiempo posible abierta para que la temperatura exterior no incida en la interior.