¿Es viable la instalación de una puerta automática de segunda mano?

Cuando alguien se está planteando la automatización de una puerta una de las posibles vías es recurrir a una puerta automática de segunda mano. Es cierto que es una manera de que el gasto sea menor, pero ¿compensa a largo plazo?

Ahorrar de verdad

Todos queremos ahorrar y una manera de economizar es recurriendo a productos ya usados. En muchos casos la operación resulta rentable y además es ecológico, porque lo cierto es que desechamos muchas cosas que aún tienen vida útil.

Pero en esa búsqueda del no despilfarro y ahorro de costes hay valorar toda una serie de factores y, sobre todo, tener en cuenta la estimación de vida del producto por el que apostamos.

Puerta automática de segunda mano

En el caso concreto de una puerta automática de segunda mano hay que tener en cuenta si lo que compramos es el conjunto de puerta más el motor o solo el motor.

Cuando se compra todo el conjunto se debe tener presente que la puerta, marcos y hojas, se tienen que desmontar de su ubicación original. Por mucho cuidado con el que se haga es probable que haya algún desperfecto. Al reinstalarla habrá que revisarlo con atención para que quede en perfecto estado y, en caso necesario, realizar los arreglos que se precisen. Es decir, unos gastos que hay que sumar a la lista.

Respecto al motor, conviene averiguar los años que se ha usado y el volumen de tránsito que ha soportado. Con esos datos se puede calcular el desgaste aproximado que puede tener y hacer una estimación de la vida útil restante.

Asimismo es bueno revisar el estado del motor en su conjunto y los brazos, cadenas, soportes, engranajes y anclajes. En el caso de que alguna pieza esté muy desgastada o presente desperfectos será mejor sustituirla.  

Hacer números

Para saber si es viable instalar una puerta automática de segunda mano hay que hacer números. Por un lado consultar el precio de la puerta nueva y por otro calcular en cuánto se queda el precio de una de segunda mano.

Esta cantidad debe incluir si hay costes de desmontaje desde su ubicación anterior, la revisión de las piezas, la sustitución o reparación de algún elemento de la puerta y la estimación de vida del producto.

A esto hay que añadir que una puerta automática nueva suele disponer de un periodo de garantía y que los mecanismos, al ser más recientes, puede contar con mejor tecnología y prestaciones.

A partir de ahí, la decisión es personal.