Las puertas enrollables son uno de los modelos más demandados en el mercado. La ventaja de quedar recogido en el techo y dejar todo el hueco de entrada libre es uno de sus mayores atractivos. Si lo que buscas es mayor eficiencia, necesitas automatismos para puertas enrollables.
Las ventajas de los automatismos para puertas enrollables
Como hemos comentado, los automatismos para puertas enrollables mejoran de manera notable la eficiencia de una puerta en diferentes sentidos. Hay que tener en cuenta muchas puertas enrollables se encuentran en industrias y almacenes, donde la rapidez en la apertura y cierre es importante porque:
- Agiliza el paso de vehículos
- Garantiza que solo acceden al local las personas autorizadas
- Ayuda a mantener una correcta climatización
- Mayor eficiencia energética y ahorro de costes
Estas mismas ventajas también se aplican a otros entornos como las puertas de garaje (privados y comunitarios) y puertas de comercios, centros comerciales o entradas a edificios públicos.
Tipos de automatismos para puertas enrollables
Dadas las diferentes ubicaciones de las puertas hay diferentes modelos que se adaptan a las necesidades concretas, aunque el funcionamiento es muy similar. Lo que cambia son las prestaciones extras.
Una de las características de los automatismos para puertas enrollables es que son compactos y ocupan poco espacio. Se pueden acoplar a puertas que están ya instaladas sin necesidad de grandes obras.
La potencia del motor estará en función de las dimensiones y peso de la puerta y también del volúmen de tránsito. Todas las automatizaciones disponen de sistemas de autoretención y cuadros de mando donde se puede variar la velocidad de apertura y cierre e incluso se puede programar.
Entre los accesorios que se suelen incorporar a los automatismos para puertas enrollables están las fotocélulas y también los sensores solares y crepusculares. A ellos se puede añadir la programación, una prestación muy práctica en muchos entornos.
En cuanto a los sistemas de control, hay diferentes tipos. Por ejemplo con un sencillo interruptor, pero también con mando a distancia, con tarjetas de proximidad o a través de una aplicación controlada desde el móvil.
