Si quieres tener en perfecto estado las puertas automáticas para el garaje y no tener ningún contratiempo en el uso diario de tu parking, te explicamos 3 sencillos trucos para que todo vaya como la seda.
Lo bueno es que no debes ser un experto en tecnología ni en mecánica para hacer una puesta a punto de tu puerta. Estas pequeñas, pero importantes acciones son:
- Engrasar y lubricar.
- Limpiar los contornos
- Nunca desmontar el motor
Observa y escucha las puertas automáticas para garaje
Una puerta de garaje soporta una gran actividad y tránsito y sobre todo si es en un garaje comunitario. Este uso diario hace inevitable cierto desgaste. Para vigilar que todo está en orden, observa y escucha la puerta.
Los chirridos son una llamada de atención. Escucha atentamente y averigua de dónde proceden. Aplicar lubricante o engrasar suele ser una solución efectiva. Las piezas que suelen necesitar este cuidado son las bisagras, el pestillo, piñones, rodillos y cualquier zona del engranaje del motor donde haya rodamientos.
También observa si se producen golpes porque pueden desestabilizar la puerta y dañar otros mecanismos. Revisa los brazos de los muelles y si está desajustado a veces está relacionado con el tiempo (frío o calor). En estos casos girar el tornillo del muelle hacia la derecha hará que tenga una velocidad menor de cierre y girar a la izquierda hace que la velocidad sea mayor.
La importancia de limpiar
Aunque pueda sonar tonto, mantener las puertas automáticas para garaje y los alrededores limpios son esenciales. Libera los raíles de hojas, insectos y cualquier otro tipo de cosa que entorpezca o atasque su movimiento.
Y lo mismo con todo lo que rodea a tu puerta. Te sorprenderás de lo que se acumula alrededor de una puerta de garaje.
Los motores de puertas automáticas para garaje
Como es evidente en las puertas automáticas para garaje el motor es la base. Son artículos sofisticados y con tecnología cada vez más avanzada que nos hacen la vida más fácil.
Para mantenerlos en perfectas condiciones debemos seguir las indicaciones del fabricante que, dependiendo de cada modelo, se suele recomendar lubricarlo cada 2 meses.
Pero si detectas cualquier anomalía, el mejor consejo es nunca desmontar el motor. Llama a los técnicos que encontrarán a la primera el fallo y tú no ocasionarás más daños.