Una de las máximas de los comercios es vender lo máximo posible. Para alcanzar este objetivo hay que comenzar por atraer clientes y una manera de hacerlo es gracias a una puerta corredera de cristal.
Una invitación directa a entrar
Aunque parezca absurdo, tener que abrir una puerta es un acto que frena la entrada en una tienda. Es una barrera arquitectónica aunque no nos lo parezca que hace que un cliente indeciso no opte por entrar sino por pasar de largo del comercio.
Y ¿cómo eliminar este obstáculo? Pues muy sencillo, con una puerta corredera de cristal. Estas puertas incluyen en sistema de motorización con un sensor de movimiento que ante la presencia de una persona se abren.
Este sencillo mecanismo es una invitación directa a entrar. Y una entrada a un local comercial es, en muchas ocasiones, una venta porque cuando se está dentro de la tienda atraído por un producto concreto, también se van viendo otros y así se va incrementando nuestra intención de compra.
Más escaparate
Además de suponer una barrera arquitectónica menos, una puerta corredera de cristal es más espacio de escaparate. Lo bueno de las puertas de cristal es que se pueden instalar de tal forma que se integran en el escaparte y así se aumenta la zona de exposición de los productos.
Por otro lado la puerta corredera de cristal es una fórmula de dar más luz natural al local, a la vez que se consigue en una sensación de mayor amplitud en el interior.
Otras ventajas de una puerta corredera de cristal
Los aspectos positivos de una puerta corredera de cristal no acaban aquí. Como hemos comentado es una manera de invitar a los clientes a pasar al interior del local. Para eso los automatismos cuentan con un sistema que permite variar la velocidad de la apertura de las hojas, permaneciendo más o menos tiempo abiertas.
Además este sistema de cierre automático permite tener una mejor climatización del local. Al ser automático el cierre de la puerta apenas interfiere la temperatura externa, permaneciendo la climatización del local con la temperatura que deseamos.